Los montañeros Uxue Murolas e Ignacio Barrio narraron este jueves, en la sala de prensa de la Casa del Deporte, su reciente conquista del Makalu (8.485 metros), la quinta montaña más alta del planeta, el primer gran hito del proyecto Navarra en la cumbre, iniciativa impulsada por la Fundación Miguel Induráin Fundazioa.
En 2024, ambos se quedaron a tan solo 236 metros de la cima del Kanchenjunga, la tercera montaña más alta del planeta. Aquella experiencia, lejos de suponer una derrota, reforzó su determinación y les impulsó a preparar con más fuerza su siguiente reto: el Makalu.
En su intervención, Uxue Murolas destacó: “Esta expedición se puede definir por la suerte que hemos tenido. Todo ha salido muy bien: desde el trekking de aproximación hasta la meteorología en el propio Makalu”. Esa ventana de buen tiempo permitió a los alpinistas completar su aclimatación, montar los campos de altura y descansar antes del ataque a cumbre. “Fue durísimo, la nieve estaba muy blanda y el viento –muy característico del Makalu– borraba las huellas. En los momentos más críticos, el pensamiento de regresar a casa con el objetivo cumplido fue el motor para seguir adelante”, confesó emocionada.
Ignacio Barrio, por su parte, detalló la exigente ruta que siguieron para aclimatarse, optando por un camino más largo pero progresivo. “Subimos una montaña de 6.500 metros y pasamos varios collados antes de llegar al campo base del Makalu. Cuando el tiempo se mantuvo estable, atacamos la cima”.
La ascensión desde el último campo les llevó alrededor de 12 horas, y la bajada otras 6 horas más, en condiciones extremas: temperaturas de -28 °C que, con el viento, podían alcanzar los -40 °C de sensación térmica.
Ambos coincidieron en que el momento de hacer cumbre fue indescriptible, pero también breve. “Lo primero que piensas al llegar es que aún te queda la parte más peligrosa: la bajada”, explicó Ignacio. “Las emociones de verdad llegan cuando estás ya de vuelta y puedes asimilar lo que has conseguido”.
Para Uxue, esta aventura es mucho más que una hazaña deportiva: “Esto es mi vida. Necesito desaparecer durante un tiempo, aislarme completamente. Las montañas me dan la vida”.
La próxima parada para ambos apunta ya a Pakistán, donde podrían enfrentarse a un nuevo ochomil.