El comité de BSH Esquíroz ha denunciado el veto de la empresa para negociar el futuro de la planta de electrodomésticos. Los representantes sindicales han exigido a la multinacional el mantenimiento de la factoría hasta alcanzar una solución de continuidad que conserve los 660 puestos de trabajo directos y los 400 indirectos.

El presidente del comité, Juanjo Hermoso de Mendoza (LAB), ha informado de que van a solicitar a la dirección participar como agente activo en las reuniones con las administraciones (Gobierno de Navarra y Ministerio) y con la propia multinacional.

Esperar unos días

Los sindicatos van a esperar unos días a recibir contestación de la compañía, y si continúa el veto, se juntarán con el Ejecutivo navarro para analizar la situación; y no descartan responder con un calendario de actuaciones que por el momento no han querido desvelar. "Queremos ser discretos en este proceso", ha recordado Mendoza.

La parte social, compuesta por siete delegados de UGT, tres de LAB, dos de CCOO, dos de ELA, dos de ATISS y uno de Solidari, ha estado arropado por el resto de la plantilla, que se ha acercado a la entrada de la factoría donde se ha desarrollado la rueda de prensa.

Iñaki Sagastibelza (CCOO) ha contado que tras el anuncio de cierre en diciembre, el comité ha tenido conocimiento de que la multinacional puso en venta la planta entre 2021 y 2022 -operación que no prosperó-. "También lo desconocía la administración pública", ha dicho.

"No queremos que ocurra lo de Ufesa"

La estrategia empresarial seguía la línea aplicada en Ufesa, fabricante de planchas, en Vitoria. En 2019, BSH Home Appliances Group, filial del grupo Bosch, se desprendió de este negocio que acabó en manos de SDA Factory, dentro del grupo catalán B&B Trends. Sin embargo, seis años después "ha entrado en concurso de acreedores", ha recordado.

Con ese ejemplo, que ha ocurrido a escasos kilómetros de Pamplona, el comité no quiere que en este proceso de búsqueda de inversor ocurra lo mismo. Por ese motivo, insiste en participar en estos encuentros, que hasta ahora han sido entre el Ejecutivo navarro, el Ministerio de Industria y BSH.

Sagastibelza ha reiterado que "si la multinacional ha contratado ahora a la consultora holandesa Metiys para buscar un inversor no se ha producido por iniciativa propia, sino fruto de la mesa de trabajo impulsada por el departamento de Industria y el Ministerio".

El presidente del comité ha señalado que "evidentemente se necesita tiempo" para buscar una alternativa, "porque una reindustrialización, sea parcial o sea total, no se hace en dos meses ni en tres meses, posiblemente hagan falta bastantes más meses para que eso pueda consumarse y es necesario tiempo y mantenimiento de la actividad". Por eso, ha repetido que aunque el Real Decreto exige un preaviso de seis meses a la hora de cerrar una fábrica, la norma no obliga a que transcurrido ese periodo haya que presentar el ERE para extinguir el contrato de la plantilla. "Podría retrasarse ese proceso si las partes observan que hay posibilidades de reindustrializar", ha dicho.

El lunes

El presidente del comité ha afirmado que "a tenor" de una reunión que mantuvieron el lunes con la dirección de la compañía por videoconferencia, "la parte social ha sacado una conclusión bastante clara, que no es una comunicación oficial por parte de la empresa, ni muchísimo menos, pero tenemos la impresión sólida de que la empresa no quiere continuar con la fabricación de electrodomésticos en BSH Esquiroz".

Flexibilidad

El consejero de Industria y Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo, ha vuelto a insistir este jueves en que la multinacional debe ser flexible en sus planes de cierre y mantener la producción en Esquíroz hasta no encontrar una solución industrial. "Podemos hacer esta solicitud porque la empresa no presenta pérdidas económicas", ha especificado.

Además ha apoyado que la empresa mantenga "un diálogo permanente y fluido" con el comité, en el que participe también el Gobierno foral.