Respecto a Antonio Los Arcos Miranda, concretando:

• Primero, aclarar el confusionismo creado sobre su persona. En 1990, en la Gran Enciclopedia Navarra, atribuye unas notas biográficas de Antonio Los Arcos Miranda a Joaquín Los Arcos Echeverria. Pues bien, en Sangüesa desde que existen los libros parroquiales de bautizados, desde 1574, no ha nacido ningún Los Arcos Echeverría. Parece ser que el error radica en la biografía publicada, en 1953, por Javier Ibarra, en Biografías de los ilustres navarros del siglo XIX y parte del XX, que dijo: “Los Arcos Echeverría (excelentísimo don Joaquín), general del ejército. Nacía, en 1863, don Antonio en Sangüesa”, citando seguidamente unas notas biográficas que corresponden a Antonio Los Arcos Miranda, según artículo del Pensamiento Navarro de 1 de febrero de 1952. Posteriormente, varios autores han seguido la equivocación.

• Segundo, los dos hermanos, tanto Javier como Antonio, fueron el recurso del Ayuntamiento de Sangüesa para solicitar su ayuda ante diferentes problemas de la ciudad. En 1880, el ingeniero Pedro Vives y Vich elaboró el “proyecto para la terminación del muro que protege a la ciudad de las avenidas del río Aragón de Sangüesa, por un presupuesto de 177.098 pesetas y 5 céntimos”, llama la atención que en la carpeta de documentos del proyecto figura un documento, con las condiciones generales y económicas de dicha obra, firmado por “el ingeniero Antonio Los Arcos”, sin fechar, que llama la atención fuese de 1880, pues Antonio Los Arcos tenía 19 años. Si bien, en septiembre de 1882, con 21 años, el capitán Antonio Los Arcos realizó el “proyecto del puente levadizo en la Ciudadela de Jaca”.

Fue precisamente su hermano Javier Los Arcos, diputado a Cortes por Aoiz, quien en junio de 1893 se dirige al alcalde de Sangüesa, Sebastián Oyaga, expresando su interés por los asuntos de Navarra como del municipio de Sangüesa, en este caso, para que se apruebe una prórroga para la construcción del ferrocarril de Castejón a los límites de la provincia, del ferrocarril de Soria a Sangüesa base para su continuación al Roncal, que no se haría nunca. Igualmente, en 1893, Javier Los Arcos Miranda presentó una proposición de ley en el Congreso de Diputados declarando de cargo del Estado las obras de encauzamiento del río Aragón en las inmediaciones de Sangüesa y las defensa de esta población. Por otra parte, Antonio Los Arcos Miranda, en una muestra de apego a su ciudad, en el acto de la bendición de las obras del colegio de las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul con destino a Residencia y Grupo Escolar, “el 22 de agosto de 1926, se hizo cargo de la bandera de la ciudad para transportarla desde la iglesia Santa María a las obras”.

Bien, centrándonos en el tema, el Ayuntamiento de Sangüesa, acercándose a la dictadura del General Primo Rivera, en la sesión del 16 de julio de 1928, presidida por su alcalde don Francisco Gómez Pujadas, militar, “en reconocimiento a las muchas gestiones realizadas por el excelentísimo, señor general don Antonio Los Arcos, en pro de esta ciudad natal, se acuerda por unanimidad dar el nombre de plaza del General Los Arcos a la conocida hoy por Galería y colocar su retrato en el Salón de Sesiones de esta Consistorial a cuyo efecto se le pedirá envíe alguno que posea para su ampliación…”. Igualmente, “…reconocida como meritoria para la patria la labor incesante en todos los órdenes de la actividad social por el hombre que tan acertadamente rige los destinos de la nación, desde la memorable fecha del 13 de septiembre de 1923, se acuerda nombrar hijo predilecto de esta ciudad al excelentísimo gneral Primo Rivera, adoptivo y predilecto…”. El 28 de julio de 1928, el Ayuntamiento ante el ofrecimiento de don Antonio Los Arcos, “acuerda por unanimidad encomendar la misión de entregar en persona el pergamino declarativo de hijo adoptivo y predilecto de esta ciudad al presidente del Consejo de Ministros, el general Primo de Rivera”.

Pues bien, terminada la dictadura de Primo Rivera y con una nueva corporación municipal, en la sesión extraordinaria celebrada el 3 de marzo de 1930, bajo la presidencia de Agustín Blanco Garmendia, del PNV y los concejales la mayoría carlistas: Félix Iriarte, Celedonio Erdozáin, José María Arbea, Carmelo Pemán, Eusebio Iso, Mariano Górriz, Gonzalo París y Evaristo el Castillo, “a propuesta del señor Erdozáin considerando que el general Primo de Rivera no ha reportado ningún beneficio a esta provincia, antes bien le originó perjuicios en el aumento del cupo contributivo foral, se acuerda por unanimidad revocar el acuerdo que el Pleno de este Ayuntamiento adoptó en sesión del día 16 de julio de 1928, por el cual se le declaró hijo adoptivo de esta ciudad, dejando sin valor dicho acuerdo y retirando su retrato del salón de sesiones y en su lugar se ponga el estandarte que en tiempos pasados capturaron a los aragoneses los valientes hijos de esta ciudad”.

Sin embargo, mientras que al general Primo de Rivera se le retira el título de hijo adoptivo de la ciudad, el nombre de la plaza del General Los Arcos a la Galería ha permanecido y sigue en vigor, hasta la actualidad. El general sangüesino Antonio Los Arcos Miranda, en julio de 1936, tenía 75 años y no consta en las 40.786 fichas de combatientes navarros en la guerra civil.

Para finalizar, no está en cuestión la indiscutible inteligencia, profesionalidad de los protagonistas de la polémica, están en juego los intereses de a quién, de a qué causa se emplea la brillante inteligencia. Entiendo y comprendo, que entre tanto no está de más, el respetuoso ejercicio de la crítica, ni del sincero ejercicio de la autocrítica. Mientras tanto, cada palo deberá aguantar su vela.

*El autor es coordinador del Grupo Cultural Enrique II de Albret, de Sangüesa-Zangoza