En Navarra, con una población de 680.00 habitantes, tenemos 702 entidades locales (272 municipios, 346 concejos, 62 mancomunidades y 22 agrupaciones de municipios). Existen, además, 53 organismos autónomos, 58 sociedades mercantiles, 8 fundaciones públicas y 16 consorcios creados por las instituciones locales. Si nos comparamos con la vecina CAV, donde viven 2,2 millones de personas, allí hay 20 municipios menos: 88 en Gipuzkoa, 51 en Álava y 113 en Bizkaia. Otras comunidades mucho más pobladas que Navarra tienen menos municipios: Canarias (2,2 millones de habitantes, 88 municipios), Asturias (1 millón de habitantes, 78 municipios), Baleares (1,2 millones de habitantes, 67 municipios), la región de Murcia (1,5 millones de habitantes, 45 municipios). La región de Madrid tiene 7 millones de habitantes y 179 municipios y Galicia tiene 313 municipios para una población que cuadruplica la de Navarra,

Hay demasiados municipios en Navarra, y el 93% de los mismos tiene una población inferior a cinco mil habitantes. Todos los años, la Cámara de Comptos subraya su recurrente advertencia de falta de racionalidad del actual mapa local e insiste en que no favorece una gestión eficaz y eficiente en el ámbito local. El gran número de municipios y su escasa dimensión hacen que, en muchos casos, no tengan los recursos necesarios para gestionar adecuadamente sus competencias y ofrecer servicios de calidad de manera eficiente. Pero sus consejos siempre caen en saco roto.

Si confrontamos la división administrativa de Navarra con la de otros países europeos, las diferencias es abismal: en el Reino Unido hay 7,8 ayuntamientos por cada millón de habitantes; en Portugal hay 308 municipios para una población de 10,3 millones; en Países Bajos hay 342 municipios para 18 millones de habitantes; en Grecia hay 325 municipios para una población de 10,4 millones; en Suecia hay 290 municipios para una población de 10,7 millones. Hay países con menor número de municipios que Navarra como son Irlanda (126) y Dinamarca (98), con poblaciones que multiplican en 7 y ocho veces la población navarra.

La búsqueda de soluciones para enfrentar los problemas del mapa local y de financiación que genera el inframunicipalismo, es una cuestión que ya fue afrontada en la mayoría de los países europeos. La fragmentación municipal suponía un elemento desestabilizador del desarrollo económico y social de los Estados. Bajo este contexto, diversos países europeos iniciaron procesos de reforma de sus mapas locales mediante fusión de municipios. Este conjunto de procesos de reestructuración local se inició en los países del centro y norte de Europa; pero paulatinamente se han ido incorporando más países a esta corriente de reformas del mapa local mediante la fusión coactiva, dando lugar a una reducción media de los entes locales superior al 62%, y llegando a alcanzar en algunos países el 80%.

En España no se ha afrontado con rigor la labor de reducir el número de municipios (8.131) para adelgazar el peso de la Administración y hacerla más eficiente. En Navarra tampoco. Es cierto que la Comunidad Foral posee peculiaridades en cuanto a su división administrativa ya que consta de municipios simples y compuestos. Hay 62 ayuntamientos compuestos que agrupan a 348 concejos. Suelen llevar los nombres históricos de valles y cendeas (más presentes en la Cuenca de Pamplona). La cendea ha supuesto una fórmula organizativa muy arraigada en la comarca de Pamplona, y es la denominación que reciben desde la Edad Media algunas entidades territoriales. En el siglo XIX, con la constitución de los municipios en España, las antiguas cendeas desaparecieron como entidades territoriales y fueron sustituidas por los nuevos municipios de Ansoain, Cizur, Galar, Iza y Olza. Sin embargo, el hecho de que el territorio de estos nuevos municipios se solapaba totalmente con las antiguas cendeas, y la necesidad de distinguir a los concejos homónimos, a menudo, capitales y sedes municipales del resto del término municipal, llevó a continuar llamando a los nuevos municipios con las antiguas denominaciones de cendea.

Problemas actuales como el de Erripagaña, un territorio que pertenece a cuatro municipios: Burlada (59%), Pamplona (21%), Valle de Egüés (10%) y Huarte (10%), pueden servir para abrir la caja de Pandora y afrontar de una vez por todas una alteración profunda de los límites municipales, que no son sagrados como pudo comprobarse en el siglo pasado cuando del municipio de Cizur se desgajaron los concejos de Echavacoiz (1953), absorbido posteriormente como barrio por Pamplona, y luego Barañáin, junto con el Señorío de Eulza (1984) y Zizur Mayor (1992), para constituirse en municipios independientes. Del municipio de Galar se segregó también en 1991 el concejo de Beriáin, y del de Olza en 1991 el concejo de Orcoien. Del municipio de Ansoáin se segregaron en 1991 los concejos de Ansoáin y Berriozar para constituirse en municipios independientes, y también se segregaron de forma conjunta el resto de los concejos para constituir el nuevo municipio de Berrioplano.

Ahora se quiere evitar el error de la división de Erripagaña en el nuevo desarrollo urbanístico del PSIS de Echavacoiz, que afecta a suelos de cuatro municipios diferentes: Pamplona, Zizur Mayor, Cendea de Cizur y Barañáin, ya que en el entorno de la futura estación del tren de alta velocidad se han diseñado más de 12.000 viviendas, aunque hay que tener presente que toda esta zona perteneció a la Cendea de Cizur, y por eso en la parada del tren hasta hace unos años aparecía el rótulo: Estación de Cizur Mayor.

La necesaria reorganización del mapa local de Navarra debe dirigirse a fusionar los municipios que tienen una historia común. Habría que coger el toro por los cuernos y abordar de una vez por todas una reducción del número de municipios navarros, eso sí, respetando y recuperando los límites históricos de los valles y cendeas. Así, Barañáin, Zizur Mayor y Echavacoiz deberían reintegrarse en la Cendea de Zizur, así como Beriáin, Ansoáin y Berriozar en sus correspondientes cendeas. Fue un gran error destrozar las cendeas de la cuenca de Pamplona, basta comprobar cómo el concejo de Cizur Menor quedó separado físicamente del resto de la Cendea. El Ayuntamiento del Valle de Aranguren es un ejemplo de municipio compuesto formado por ocho pueblos que están perfectamente cohesionados. Otro acierto fue el cambio reciente de denominación del municipio Noáin (Valle de Elorz) por el de Valle de Elorz/Elortzibar, compuesto por once pueblos.

Para una mejor gestión municipal, habría que abrir sin miedo la posibilidad de que entidades de población próximas a la capital que lo deseen puedan pasar a integrarse en la ciudad de Pamplona, siempre que lo manifiesten mediante votación popular, como fue el caso de Mendillorri en 1995.

El autor es economista