Cuatro exsoldados de las fuerzas especiales británicas establecieron un nuevo récord al escalar el monte Everest en menos de cinco días, sin someterse al proceso habitual de aclimatación en la montaña, mediante el uso de gas xenón antes de llegar a Nepal, lo que ha generado controversias sobre el uso de esta sustancia para el montañismo.

Los escaladores se habían preparado con antelación utilizando tiendas de campaña hipóxicas y técnicas de entrenamiento especializado y, dos semanas antes de su viaje a la montaña más alta del mundo (alrededor de 8.848 metros), se les administró gas xenón, una tratamiento para el mal de altura.

El equipo de la expedición, compuesto por cuatro exmilitares británicos, inició su ascenso el 17 de mayo, sólo un día después de aterrizar en Katmandú proveniente de Reino Unido, y alcanzó la cumbre a las 7.15 horas nepalíes.

No obstante, el director del Departamento de Turismo de Nepal, el organismo encargado de la supervisión de las tareas de escalada, Himal Gautam, explicó que a su oficina no se le había notificado el uso de gas xenón por parte del grupo de escaladores británicos.

“El departamento ha iniciado una investigación sobre el asunto”, aseguró Gautam. Según la ley nepalí, los escaladores y las agencias que los representan deben declarar todos los materiales y bienes utilizados durante sus expediciones, incluidas las sustancias médicas y los registros de escalada.

Habitualmente, alcanzar la cima del Everest implica un proceso de aclimatación lento de más de un mes durante el que los montañistas realizan caminatas graduales hasta el Campo Base de la montaña, donde realizan rotaciones para aclimatarse, algo esencial para adaptar sus cuerpos a la disminución de niveles de oxígeno a gran altitud.

Furtenbach Adventures, la empresa con sede en Austria que organizó la expedición de los cuatro exsoldados británicos, sostuvo que no ocurrió nada inapropiado durante la expedición. Su propietario, Lukas Furtenbach, dijo que el uso del gas xenón es una solución médica moderna para prevenir el mal de altura y aseguró que éste fue proporcionado por una clínica alemana certificada.

Para el organizador la solución del xenón puede ayudar a que se desarrollen expediciones más cortas y sostenibles al reducir la cantidad de basura generada, favorecer la conservación de recursos y limitar los desechos humanos en el frágil entorno de la cima del Everest. 

En 2014, la Agencia Mundial Antidopaje prohibió el uso del gas xenón en atletas, argumentando que podría afectar injustamente a su rendimiento. Si bien el montañismo no está sujeto a las mismas regulaciones que los deportes de competición, el uso de sustancias que afectan al rendimiento físico en entornos extremos plantea cuestiones éticas y regulatorias, apuntó el presidente de la Asociación de Operadores de Expediciones de Nepal, Dambar Parajuli. A altitudes superiores a los 8.000 metros (en la llamada "zona de la muerte"), los niveles de oxígeno son críticamente bajos, e incluso los escaladores más sanos se enfrentan a un mayor riesgo de mal de altura, edema pulmonar o complicaciones cerebrales.